Laureana es vecina del taller, una señora muy mayor que nos mima, nos trae café y bizcochos. Las tardes con ella dan para mucho.
Ella se casó en mil novecientos algo, llevaba un precioso vestido blanco y una corona de flores de azahar, como la de mi abuela. Nos ha contado mil veces la preciosa historia de su boda.
En honor a ella nuestro taller se llama Laureana. Nos gusta su historia, su tocado de flores de cera que aún conserva y su filosofía de vida, ella es antigua pero vive hoy. Se divierte combinando colores y organizando nuestros cajones de flores. Según ella somos un desastre. Aquí nos encanta probarle tocados mientras nos cuenta sus historias.
Nosotras somos tres, una chica, una mujer y una señora, con pasión por la botánica y la moda que trabajamos desde Sevilla en un taller situado en el centro de la ciudad.